¿Por qué aparecen?
Está establecido que 5 de 10 mujeres presentan nódulos tiroideos. Existe una gran predisposición familiar a padecer enfermedad nodular e hipotiroidismo entre familiares. El objetivo una vez diagnosticado es establecer el grado de sospecha que tiene cada lesión.
Cómo se diagnostican?
La mayoría de las veces se descubren a través de una ecografía solicitada en un chequeo con el especialista. Menos frecuentemente, por la presencia de síntomas en cuello como opresión, dificultad para tragar, sensación de cuerpo extraño, o por una tumoración visible o palpable por el mismo paciente.
¿Cómo se qué tipo de nódulo tengo?
El estudio por ecografía tiroidea nos orienta de una manera muy clara y precisa sobre los nódulos que preocupan ya que permite visualizar ciertas características que orientan a la sospecha de un nódulo tumoral. Conjuntamente, una serie de análisis de sangre nos permiten estudiar el estado de la función tiroidea y corregir un defecto o exceso en la producción hormonal.
¿Cómo se tratan?
– Vigilancia activa: Si el nódulo es de baja sospecha y no causa síntomas, se puede optar por un control periódico con ecografías y pruebas de función tiroidea.
– Terapia con medicamentos: En algunos casos, se pueden usar medicamentos para regular la producción de hormona tiroidea y reducir el tamaño del nódulo.
– Cirugía: Indicada si existe sospecha de malignidad o en nódulos de gran tamaño que causan síntomas por su volumen.
– Tratamiento con yodo radiactivo: Puede utilizarse en caso de nódulos hiperfuncionantes cuando no hay sospecha de malignidad.
El control periódico de un nódulo tiroideo es de suma importancia para detectar cambios en la estructura nodular y tamaño que nos permiten actuar a tiempo. Si todavía no lo hiciste, te invitamos a realizar un chequeo endocrinológico, sobretodo si existen antecedentes en tu familia.
Dra Valeria Gaon
Especialista en Endocrinología y Diabetes
Clinica Privada Gallia