Es frecuente escuchar que alguien tiene dolor de hombro. El mismo está formado por articulaciones, tendones y músculos que permiten el movimiento del brazo. Es vulnerable a varios problemas y entre ellos se encuentra la tendinitis. Esta patología tiene al dolor como principal síntoma y también las limitaciones para mover con libertad el brazo.
¿Qué es la tendinitis?
Es la inflamación de uno o más tendones que participan en el movimiento de la articulación del hombro. Son 5: Subescapular; Supraespinoso; Infraespinoso; Redondo menor y la porción larga del Bíceps Braquial. Reciben el nombre en conjunto de «manguito rotador del hombro».
Porqué se produce?
Las causas de esta patología son múltiples. La inflamación del manguito rotador puede estar relacionada con tareas laborales que impliquen levantar peso excesivo o actividades repetitivas como las que realizan operarios que participan en líneas de producción, fundamentalmente si trabajan con sus manos por encima de la cabeza. La actividad deportiva es otra causa, principalmente aquellos deportes de lanzamiento como el handball, el vóley o el tenis. Finalmente, existen pacientes con tendinitis secundaria a un traumatismo directo o a una caída. Cabe aclarar que también hay un grupo de pacientes, habitualmente mayores de 50 años de edad, en los cuales los síntomas se inician espontáneamente, sin poder identificar una causa precisa. En ellos, la causa del dolor está relacionada con cambios degenerativos del tendón o tendinosis («envejecimiento o desgaste» en términos no científicos). El dolor es el principal síntoma, siendo típicamente nocturno y con los movimientos de elevación del brazo, pero también al separarlo del cuerpo o hacer una rotación como llevar las manos hacia la espalda. Este cuadro doloroso lleva a la pérdida de amplitud de los movimientos del hombro, con sensación de menos fuerza y más fatiga al intentar el uso del miembro comprometido.
Cómo se trata?
No existen distintos niveles de tendinitis pero sí existen pacientes con diferente umbral de dolor. Esta puede ser aguda o crónica según si su duración es menor o mayor a 3 meses, lo que no significa que una sea más grave que la otra. Si los síntomas llevan presentes mucho tiempo, su tratamiento deberá ser más intensivo. El tratamiento se inicia con antiinflamatorios, hielo local y reposo del miembro en un cabestrillo, pero la principal opción es la fisioterapia.
Cuando el tratamiento inicial no es suficiente, puede realizarse una infiltración, que consiste en colocar un corticoide a través de una inyección en el espacio donde están alojados los tendones del manguito rotador.
Se puede operar?
La cirugía se indica en caso de existir una calcificación o una ruptura del manguito rotador, pero éstas son entidades patológicas diferentes. La ruptura tendinosa no es sinónimo de cirugía. El tratamiento quirúrgico dependerá del tipo y tamaño de la lesión, de los síntomas del paciente y del fracaso de las otras alternativas de tratamiento. Si los síntomas persisten o la lesión es grande y provoca pérdida de función del hombro, la solución es la cirugía. Actualmente, la operación se realiza en forma miniinvasiva a través de la artroscopía, es decir, colocando una cámara en la articulación y evitando grandes incisiones. Todo esto se traduce en un postoperatorio menos doloroso y una rápida recuperación de la función articular.
Cómo prevenirla?
Existen factores biológicos propios del tendón que contribuyen a la enfermedad y que no pueden evitarse. La edad juega un papel importante en la aparición de los síntomas del manguito rotador. Pero debemos tener en cuenta algunos consejos preventivos: Mantener una alimentación sana y evitar el tabaco que es perjudicial.
Evitar tareas que impliquen levantar peso excesivo, posiciones forzadas o no fisiológicas del hombro o actividades de fuerza o repetitivas por encima del nivel de la cabeza.
