Dra. Florencia Arbach, Dr. Andres Juarez Villanueva, Dr. Gustavo Gallardo, Dra. Paula Rodriguez Rosas
Ginecologia, Fertilidad y Obstetricia
Ginecologia, Fertilidad y Obstetricia
Patologías del Tracto Genital Inferior - Ginecologia regenerativa funcional
Ginecologia Funcional
Ginecologia, Fertilidad y Obstetricia
Cirugía Ginecológica - Endometriosis
Miomectomía laparoscópica
Tal como lo indica el nombre, esta intervención quirúrgica consiste en extraer los miomas o fibromas que están en el útero, permitiendo conservar el mismo. Se usa la laparoscopía como medio de abordaje y al ser mínimamente invasiva permite aliviar los síntomas sin necesidad de realizar una cirugía abierta como es el caso de la miomectomía vía abdominal. No todos los miomas se pueden o deben ser abordados por laparoscopía.
Los miomas son tumores benignos de la pared del útero. Estos pueden encontrarse accidentalmente en una ultrasonografía, como un hallazgo, o a causa de los síntomas que provocan. La sintomatología más frecuente es el aumento de sangrado menstrual, también pueden presentarse síntomas como dolor pélvico, síntomas por compresión de otros órganos o infertilidad. El aumento de tamaño es otra causa muy frecuente por lo que resulta necesario sacarlos.
La decisión de conservar el útero en dicha cirugía va a depender del criterio médico y tendrá relación con el deseo posterior de embarazo de la paciente.
La duración de la miomectomía dependerá del tamaño, cantidad y ubicación de los fibromas que se deben extirpar y generalmente resulta necesario una resonancia magnética pelviana para planificar la cirugía. El tiempo promedio de la cirugía es de una hora y media o dos y en todos los casos, las pacientes requieren de anestesia general durante el proceso. Para la extracción de los miomas se requiere de un aparato especial (morcelador, una bolsa para el mismo).
El tiempo de internación dependerá también de la complejidad de la cirugía, pero generalmente las pacientes pueden ser dadas de alta el mismo día de la operación o a las 24 horas.
Cirugía de trompa y ovario
La cirugía de trompa de Falopio está relacionada con el problema o patología que estemos abordando. Puede tratarse de una trompa enferma que necesitamos reparar o una trompa sana donde se busca bloquear la misma como método anticonceptivo.
En el caso de la trompa enferma las causas más frecuentes son obstrucciones de las mismas, ya sea por adherencias, secuelas de operaciones o infecciones. La realización de la intervención quirúrgica se encuentra muy relacionado a la cirugía por fertilidad, siendo la extracción de las trompas con hidrosalpinx una de la cirugías más frecuentes que se realizan previo a un tratamiento de Fertilización In Vitro (FIV).
Por otro lado, en aquellos casos donde el objetivo es “ligarla” o dañarla como método anticonceptivo, se suelen usar pinzas de mucho menor tamaño siendo una cirugía que tiene apenas unas horas de internación con una recuperación casi inmediata. Lo habitual es sacar parcial o totalmente la trampa según edad de la paciente y protocolos.
A nivel de ovario la patología más frecuente son los quistes, normalmente se extrae solo el quiste, conservando el ovario y la función del mismo, tanto hormonal como de fertilidad.
En aquellos casos donde es necesario realizar una extirpación preventiva del ovario, el método utilizado generalmente es a través de la cirugía laparoscópica. La intervención se realiza bajo anestesia total y requiere habitualmente entre una hora y una hora y media.
Histeroscopía
Es un procedimiento que consiste en introducir por la vagina un tubo delgado con una óptica conectada a una cámara (histeroscopio) con el fin de examinar el interior del útero o cavidad uterina.
Esta intervención se puede usar como diagnóstico o para tratar patologías vistas por ecografía o resonancia magnética. De esta manera, se pueden diagnosticar numerosos problemas que afectan la cavidad uterina, ya que permite obtener información detallada que no se proporciona en la ecografía u otros métodos. Pudiendo observar anomalías y tomar biopsias para su estudio.
El uso más común de la histeroscopía es la extracción de pólipos, miomas, tratamiento de malformaciones uterinas, sinequias (adherencias que se suelen formar luego de un legrado), entre otras. También se lleva a cabo en caso de infertilidad o previo tratamiento de reproducción asistida.
Hay varios tipos de histeroscopios y energías y el uso de los mismos depende de lo que se necesita realizar. Se pueden usar micro pinzas, energía bipolar o láser.
Cuando esta misma técnica histeroscópica es destinada para tomar muestras o intervenir en el tratamiento de determinadas patologías que afectan al útero se denomina “histeroscopia quirúrgica”. Este procedimiento puede realizarse de forma ambulatoria (si la lesión a tratar es pequeña y con poco riesgo de complicaciones) y sin anestesia en los casos donde por ejemplo se debe tomar biopsias, extirpar pólipos pequeños o retirar DIU. Por otro lado, la histeroscopía que se realiza en quirófano requiere anestesia y es abordada para tratar patologías que no pueden realizarse por la técnica ambulatoria como miomas o pólipos con un tamaño superior a los 2 cm.
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